Por Juan Pablo Ojeda
Con el arranque del operativo Conduce Sin Alcohol decembrino 2025, el Gobierno de la Ciudad de México volvió a poner sobre la mesa una de las políticas públicas más reconocidas en materia de prevención de accidentes viales. Desde la calle Pino Suárez, la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, dio el banderazo inicial a una estrategia que, de acuerdo con cifras del Inegi, ha logrado reducir 78 por ciento los accidentes en los horarios de mayor riesgo y 77 por ciento los hechos fatales desde su implementación en 2003.
Lejos de presentarlo como un mecanismo punitivo, Brugada fue clara en el mensaje: el alcoholímetro no busca castigar, sino salvar vidas. En palabras sencillas, explicó que cuando una persona no maneja bajo los efectos del alcohol, no solo se protege a sí misma, sino también a peatones, ciclistas y a otros automovilistas. “Cuando evitamos que alguien maneje alcoholizado, estamos salvando una vida”, subrayó, al llamar a la ciudadanía a celebrar las fiestas decembrinas con responsabilidad.
La mandataria capitalina también destacó que esta política pública ha evolucionado con el tiempo. Hoy el programa cuenta con tecnología más moderna y con un enfoque que incorpora la perspectiva de género. El equipo operativo está integrado en 47 por ciento por mujeres y, además, es encabezado por liderazgos femeninos, lo que refuerza la profesionalización y sensibilidad en la aplicación del operativo.
El secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, detalló que el operativo estará vigente del 12 de diciembre de 2025 al 11 de enero de 2026 y cubrirá las 16 alcaldías de la capital. Para ello se instalarán mil 130 puntos de revisión en zonas estratégicas, con la participación de alrededor de 500 elementos capacitados y equipados con tecnología de última generación, con el objetivo de garantizar revisiones eficientes y seguras.
Un elemento clave de esta estrategia es la coordinación con el sector privado. Cámaras empresariales como la Canirac, la Asociación Mexicana de Restaurantes y la Asociación Mexicana de Bares y Discotecas se suman al operativo, reconociendo que la prevención de accidentes también es una responsabilidad compartida entre autoridades, negocios y ciudadanía.
A más de dos décadas de su creación, Conduce Sin Alcohol se ha convertido en un referente nacional. La consejera jurídica del gobierno capitalino, Eréndira Cruz Villegas, recordó que este programa sentó un precedente en el uso del alcoholímetro en México y ha sido fundamental para proteger la vida y la integridad de millones de personas. A su vez, la subsecretaria de Participación Ciudadana de la SSC, Paulina Salazar Patiño, dimensionó su impacto: desde 2003 se han instalado más de 76 mil puntos de revisión, se han realizado 23 millones de entrevistas y aplicado más de 2 millones de pruebas de alcoholemia.
Detrás de esas cifras hay decisiones que han evitado tragedias. Más de 200 mil vehículos han sido enviados al corralón y más de 278 mil personas presentadas ante el Juez Cívico por exceder los límites permitidos de alcohol, medidas que, aunque incómodas para algunos, han contribuido a reducir muertes y lesiones graves en la ciudad.
El inicio del operativo decembrino 2025 confirma que la seguridad vial no depende solo de operativos, sino de una cultura de responsabilidad. El mensaje del gobierno capitalino es claro: disfrutar las fiestas y cuidarse no están peleados, y elegir no manejar después de beber puede marcar la diferencia entre llegar a casa o no hacerlo.















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