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Monreal sale al paso: desmonta mitos y defiende la nueva Ley de Aguas

Por Bruno Cortés

 

En el Palacio Legislativo se vive una de esas discusiones donde la técnica y la política chocan de frente, y en medio quedan miles de productores del campo que han escuchado rumores que los tienen con el Jesús en la boca. Por eso, cuando Ricardo Monreal tomó la tribuna para presentar un paquete de 18 reservas a la nueva Ley de Aguas, su mensaje fue directo: “hay mucho mito circulando, y es momento de desmontarlo”.

Monreal, líder de Morena en San Lázaro y presidente de la Junta de Coordinación Política, aseguró que las reservas responden a algo básico: escuchar a la gente. Según explicó, en los últimos días recibió a 22 grupos de 22 estados, desde el norte ganadero hasta el sur agrícola, pasando por el Bajío y el centro del país. Y aunque la consulta fue amplia, agregó, muchos productores llegaron desinformados, convencidos de que la reforma buscaba arrebatarles el agua, la tierra o hasta el derecho de heredar.

Para entender el enredo hay que recordar que esta reforma hídrica no es poca cosa. El proyecto original enviado por la presidenta Claudia Sheinbaum incluye dos leyes nuevas: la Ley de Aguas Nacionales y la Ley General de Aguas. Morena ya había impulsado 50 cambios, y ahora Monreal presentó 18 más para afinar detalles que estaban generando alarma en el campo.

El legislador insistió en que varios de los temores difundidos son falsos. Un ejemplo es el famoso “Fondo de Reservas de Aguas Nacionales”. En redes se decía que ese fondo serviría para quitar agua a productores, pero Monreal explicó que solo reunirá tres tipos de volúmenes: los que regresan cuando vence una concesión, los que un concesionario entregue voluntariamente y los derivados de operaciones legales como herencias o fusiones. “No se le quita agua a nadie, no hay despojo”, sostuvo.

Otro mito recurrente es que los campesinos se quedarían con la tierra pero sin agua, como si la reforma separara ambas cosas. Monreal negó tajante esa versión: los derechos van juntos, y los ejidatarios o propietarios pueden seguir heredando o transmitiendo sus títulos tal como ocurre hoy. También rechazó la idea de que desaparecería el uso pecuario del agua. “Si tienes ganado y lo alimentas con agua de tu pozo, no te lo van a quitar”, aclaró.

Uno de los puntos donde más ruido había es el temor de que Conagua decidiera quién puede o no heredar el agua. El diputado explicó que no será así: la autoridad solo tendrá veinte días para expedir un nuevo título a favor de la persona que legítimamente herede la tierra. Lo mismo sucede con la reasignación de volúmenes: no es un mecanismo de expropiación, sino un trámite administrativo que permite ordenar el uso del agua.

Incluso se tocó otra preocupación histórica: la retroactividad. Monreal aseguró que ningún trámite actual será afectado por la nueva ley. Todo lo que ya está en curso se resolverá con la normativa vigente, sin cambios a mitad del camino.

Entre las reservas más celebradas está la eliminación de la “negativa ficta”. Antes, si Conagua no respondía en dos meses, se consideraba un “no” automático contra el productor. Esa figura, reconoció, era injusta, y por eso la están quitando. También destacó algo que hasta ahora había sido un pendiente nacional: regular los pozos de libre alumbramiento. Según él, hay más de 40 mil en estados como Chihuahua, Zacatecas o el Bajío que operan sin certeza jurídica. Con la reforma, finalmente serán ordenados y registrados.

Otro tema delicado fue la participación de comunidades indígenas y afromexicanas. Negó que estuvieran excluidas y afirmó que la reforma reconoce por primera vez sus derechos históricos sobre el agua en un registro público que administrará Conagua.

Para cerrar, Monreal admitió que había un punto que sí necesitaba aclaración: la transmisión de derechos de agua. La redacción original dejaba dudas y podía interpretarse como una contradicción. Por eso, Morena, PT y PVEM presentaron una redacción precisa para blindar la libertad de heredar y garantizar que los derechos se reasignen de acuerdo con el artículo 37 Bis.

Monreal pidió apoyo a los demás grupos parlamentarios y aseguró que las reservas benefician, aclaran y dan certeza a quienes realmente dependen del agua para vivir. Mientras afuera sigue el desconcierto, adentro la discusión avanza. Y entre mitos, temores y aclaraciones, lo que está en juego es la base de la producción agrícola del país: el agua que sostiene al campo y, al final, a todos los que nos sentamos a comer.

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