Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum aprovechó la mañana del 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, para sostener una llamada telefónica con el papa León XIV, a quien volvió a invitar a visitar México. La conversación, que ocurrió mientras la mandataria estaba acompañada por Rosa Icela Rodríguez y Roberto Velasco, se dio en un tono cordial y simbólico, justo en una de las fechas más significativas para millones de mexicanas y mexicanos.
Sheinbaum compartió en su cuenta de X la imagen del momento, destacando que el Papa envió bendiciones y saludos a todo el país con motivo de la celebración guadalupana. Más allá de la diplomacia, el gesto tiene un peso político y cultural: mantiene la conexión con la comunidad católica sin perder de vista la identidad plural de un Estado laico.
La presidenta subrayó que, durante la llamada, ambos coincidieron en que la Virgen de Guadalupe se ha convertido en un símbolo que rebasa la religión; un elemento de identidad compartida que une a personas de distintas creencias y que forma parte del tejido cultural de México. En tiempos donde la política suele polarizar, este tipo de mensajes buscan enviar señales de unidad y de cercanía con la población.
En esta fecha tan especial para el pueblo de México, conversé por llamada telefónica con su santidad el papa León XIV para invitarlo a visitar nuestro país.
Envía bendiciones y saludos a todos en este día de la Virgen de Guadalupe. Coincidimos en que, más allá de la religión… pic.twitter.com/ChKMLGaLUE
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) December 12, 2025
La invitación al Papa no es nueva, pero llega en un contexto en el que el gobierno federal ha buscado fortalecer su presencia internacional y cuidar las relaciones diplomáticas con distintos actores globales. Una visita del pontífice sería un evento de alta relevancia política y social, con impacto tanto en la percepción pública como en la agenda global del país.
Por ahora, no hay fecha definida ni respuesta sobre un eventual viaje, pero el gesto de Sheinbaum deja claro que el gobierno quiere mantener abierta la puerta para que el Papa regrese a México, un país donde históricamente sus visitas han tenido un enorme peso simbólico.















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