Por Juan Pablo Ojeda
La noche en que un video se volvió viral terminó costándole el cargo a Ariel Juárez Rodríguez, ahora exdirector de la Junta de Caminos del Estado de México. Su renuncia fue anunciada después de que circularan imágenes donde aparece presuntamente en estado de ebriedad dentro de la plaza comercial Town Square Metepec, protagonizando destrozos junto al diputado federal del PT, Wblester Santiago Pineda.
Las grabaciones muestran una escena que parece sacada de una mala comedia: un bote de basura lanzado por las escaleras eléctricas, golpes a un vehículo eléctrico del centro comercial y confrontaciones directas con elementos de seguridad privada. No tardó en surgir el rechazo social, acompañado de exigencias políticas para que se deslinden responsabilidades.
La Fiscalía mexiquense abrió una carpeta de investigación por daños, lesiones y alteración del orden. Juárez Rodríguez ya fue citado a declarar ante la Fiscalía de Asuntos Especiales, mientras el análisis pericial y jurídico avanza. En paralelo, desde el Congreso local y federal entraron en coro los llamados para sancionar de manera ejemplar si se confirma la conducta ilegal.
Incluso la presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció desde Palacio Nacional, subrayando que el caso debe revisarse a fondo por los órganos de control del Estado de México: “Si cometieron alguna falta o hay un acto de corrupción, por lo menos sancionar”, afirmó.
La renuncia no llega sola. Desde hace meses, Juárez Rodríguez había sido señalado por presuntas irregularidades en la operación de la Junta de Caminos, especialmente por el deficiente mantenimiento de carreteras estatales durante el primer año del gobierno de Delfina Gómez, pese al presupuesto asignado.
Ahora el Gobierno del Estado de México deberá nombrar a un encargado de despacho y definir el proceso para elegir al próximo titular de una dependencia clave para la movilidad estatal. Mientras tanto, el caso de Metepec se perfila para convertirse en un recordatorio incómodo de cómo un escándalo personal puede terminar escalando hasta el corazón del servicio público.















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