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México endurece controles sanitarios para frenar plaga del ganado

Por Juan Pablo Ojeda

 

El Gobierno de México prendió las alarmas para proteger al sector pecuario ante el avance del gusano barrenador del ganado, una plaga que afecta sobre todo al sur del país y que, si no se contiene a tiempo, puede causar pérdidas económicas fuertes y un desorden sanitario tremendo. Para cerrarle el paso, se activó una estrategia nacional que vuelve obligatorias una serie de medidas que antes solo eran recomendaciones.

La clave está en la ampliación de las atribuciones del Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (Dinesa), que ahora tiene fuerza legal tras su publicación en el Diario Oficial. ¿Qué significa esto en términos simples? Que todos los actores del mundo ganadero —productores, veterinarios, transportistas, certificadores, funcionarios estatales e incluso quienes solo trasladan animales— deberán seguir protocolos estrictos para evitar que el parásito se siga esparciendo. Cualquier señal de infestación tendrá que reportarse de inmediato al Senasica, la autoridad encargada de responder a la emergencia.

Uno de los cambios más importantes está en la movilización del ganado. Para trasladar animales susceptibles —desde bovinos hasta ovinos, cerdos o aves— será obligatorio presentar un Certificado Zoosanitario de Movilización. Pero ese papel no se entrega así nada más: los animales deben recibir tratamiento antiparasitario días antes, bañarse con insecticidas larvicidas y pasar por una revisión física que descarte heridas abiertas o presencia de gusanos. Incluso hay una norma tajante: queda prohibido mover animales enfermos, lastimados o incapaces de sostenerse. Si un ejemplar muestra signos del gusano barrenador, deberá quedarse en su unidad de origen, bajo cuidados específicos, hasta que sane por completo.

El objetivo es simple, aunque demandante: que ningún animal infectado salga al camino y disperse la plaga. Por eso, los traslados desde zonas afectadas deberán registrarse en los puntos de verificación federal o estatal, donde puede aplicarse un tratamiento extra si se detecta riesgo.

Estas medidas pueden sonar rígidas, pero buscan evitar un daño mayor. La plaga del gusano barrenador no solo afecta la salud del ganado; también golpea la economía de miles de productores y amenaza la sanidad del sector agropecuario nacional. Con este cerco sanitario, el gobierno intenta frenar el problema antes de que crezca y se vuelva un conflicto mayor para el país.

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