Por Juan Pablo Ojeda
La inflación volvió a tomar fuerza en noviembre y dejó claro que, pese a un año relativamente estable, los precios siguen moviéndose en sectores sensibles para las familias mexicanas. De acuerdo con el INEGI, el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 0.66% en el mes, lo que llevó la inflación anual a 3.80%, un avance respecto al 3.57% de octubre.
Aunque la cifra se mantiene dentro del rango objetivo del Banco de México, el movimiento revela presiones estacionales y el efecto de bienes clave, especialmente energéticos y agropecuarios. El INPC se colocó en 142.645 puntos, confirmando que el cierre del año llega con variaciones importantes en productos básicos.
El contraste con noviembre del año pasado muestra una ligera mejoría: en 2024 la inflación mensual fue de 0.44% y la anual escalaba hasta 4.55%. Sin embargo, las presiones de fin de año volvieron a hacerse presentes.
La electricidad fue el factor más determinante, con un salto de 20.7%, una variación típica tras el fin de subsidios de verano, pero que impacta directamente en los recibos de miles de hogares. A esto se sumaron aumentos en alimentos de consumo cotidiano: el chile serrano subió 24.76%; la calabacita, 17.05%; y el jitomate, 14.34%, todos afectados por ciclos agrícolas y condiciones climáticas que redujeron la oferta.
Los servicios tampoco se quedaron atrás. Actividades como loncherías, taquerías y fondas registraron incrementos, reflejando mayores costos operativos que se trasladan a los consumidores. Otros rubros como el transporte colectivo, servicios profesionales, productos para el cabello y restaurantes también aportaron pequeñas pero constantes presiones al índice.
Aun así, noviembre no fue del todo negativo. Algunos productos ayudaron a amortiguar la subida general. El limón cayó 7.46%; el aguacate, 7.28%; la naranja, 3.97%; y el plátano, 2.93%. Estas bajas se explican principalmente por una mejor disponibilidad en los mercados. También se registraron ajustes a la baja en bebidas como el ron y el tequila, además de reducciones en la papa, los frijoles y la ropa para hombre.
Con estos movimientos, México cierra el año con una inflación controlada, pero todavía vulnerable a choques en energía y alimentos. Analistas anticipan que estos factores podrían seguir generando brincos en los próximos meses, mientras los hogares estarán atentos a cómo se comportan los precios de los productos que más pesan en su vida diaria.















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