Por Juan Pablo Ojeda
La Ciudad de México amaneció con ese ritmo inquieto que se siente cuando la agenda pública y la movilidad se cruzan. Desde muy temprano, las patrullas de tránsito y los reportes ciudadanos empezaron a pintar un escenario complicado: concentraciones, bloqueos intermitentes, rodadas ciclistas y eventos masivos en distintos puntos de la capital. Nada fuera de lo común para un viernes, pero sí lo suficiente para volver el día más lento de lo habitual.
Aunque no se tienen registradas grandes marchas que recorran avenidas principales, las autoridades capitalinas prevén al menos seis concentraciones a lo largo del día, dos rodadas ciclistas y una docena de actividades culturales y espectáculos que atraerán miles de personas. Las alcaldías que podrían resentir más la carga de autos son Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tlalpan, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, zonas que suelen saturarse cuando coinciden eventos y protestas.
Uno de los primeros avisos se dio en Calzada San Antonio Abad, a la altura de la zona de Chabacano, donde desde las 06:30 de la mañana se anticipó la presencia de un grupo que planea manifestarse por demandas laborales. Aunque no se espera un bloqueo total, la simple presencia de manifestantes y unidades de apoyo puede generar cuellos de botella en una de las entradas más transitadas hacia el Centro Histórico.
A esto se suman las advertencias sobre posibles bloqueos en las principales casetas que conectan a la capital con otros estados. Colectivos y agrupaciones han amagado con cerrar de forma parcial puntos de acceso como México-Pachuca, México-Cuernavaca, México-Puebla, México-Toluca y México-Querétaro, lo que no solo incrementaría el tráfico de quienes llegan desde fuera, sino que podría afectar rutas de transporte de carga y pasajeros. Aunque estos cierres no están confirmados, el simple anuncio suele ser suficiente para que el tránsito se dense desde primeras horas.
En la agenda del día también aparecen dos rodadas ciclistas que recorrerán distintos puntos de la ciudad. Si bien no representan cierres prolongados, sí generan paso intermitente en avenidas donde la sincronía de semáforos es clave, provocando retrasos acumulados en zonas como Reforma, Patriotismo o Eje Central si coinciden con hora pico.
Los eventos masivos se suman al cóctel: conciertos, obras de teatro, espectáculos y actividades deportivas que atraen miles de asistentes en distintos horarios. Esto implica cierres a la circulación en inmediaciones de recintos como el Auditorio Nacional, el Palacio de los Deportes, el Centro Cultural del Bosque y varias plazas públicas. En un día tranquilo ya generan complicaciones; en un día con protestas, se vuelven un factor extra de saturación.
Para quienes circulan hoy por la ciudad, la recomendación es simple pero efectiva: salir con más tiempo del habitual, evitar los accesos carreteros si no es indispensable, considerar el transporte público y prestar atención a rutas alternas. El tráfico de este viernes se moverá como un rompecabezas que cambia de forma cada dos horas.
Pese a lo complicado, la SSC ha desplegado personal en puntos estratégicos para agilizar la movilidad y evitar cierres totales. Sin embargo, como ocurre en días de alta actividad social, el comportamiento del tránsito dependerá tanto de las manifestaciones como de la adaptación de los conductores.
La capital está acostumbrada al caos, pero cuando coinciden protestas, eventos y accesos inestables, la ciudad se vuelve un tablero donde cada movimiento cuenta. Hoy será uno de esos días: largo, lento y lleno de ajustes sobre la marcha.















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