Por Juan Pablo Ojeda
Después de casi siete años viviendo entre España y República Dominicana, Enrique Peña Nieto volvió a México de manera silenciosa para pasar las fiestas decembrinas con su familia y visitar a su madre. Según los primeros reportes, el expresidente se instaló en su casa de descanso en Ixtapan de la Sal, lugar al que siempre ha estado vinculado y donde mantiene parte de su vida personal.
De acuerdo con El Universal, Peña Nieto avisó al gobierno federal sobre su visita, un gesto de cortesía política que fue respondido con una recomendación muy clara: mantener un perfil bajo para evitar interpretaciones o lecturas políticas en medio del arranque del nuevo gobierno. Esta sería su primera estancia en México desde que dejó la Presidencia en diciembre de 2018, aunque no fue la primera vez que intentó regresar. Durante el sexenio de López Obrador, Palacio Nacional le pidió en al menos dos ocasiones que no lo hiciera, particularmente cuando buscó asistir a la boda de su hija y cuando quiso visitar a su madre.
Peña Nieto ha reiterado que su etapa política quedó atrás desde que dejó el poder. “Me retiré de la política”, ha dicho en múltiples momentos. Su plan original era permanecer en México después de su mandato, pero la presión pública y la polarización lo empujaron a residir temporalmente fuera del país. Incluso en 2023 habló de su intención de volver, aunque sin definir si sería definitivo. Este retorno, aseguraron sus cercanos, es estrictamente familiar, pero tiene un peso simbólico evidente: es el último presidente emanado del PRI.
Su regreso ocurre además en un contexto donde otros exmandatarios ya han reaparecido en la vida pública mexicana. Felipe Calderón ha hecho varias visitas al país y continúa activo en redes; Vicente Fox jamás se retiró del escenario mediático; Ernesto Zedillo participa ocasionalmente en foros internacionales. El único que permanece fuera es Carlos Salinas de Gortari, quien observa la política mexicana desde Europa.
En este marco de la llamada Cuarta Transformación, el retorno de Peña Nieto destaca por su carga política e histórica: fue el hombre que derrotó a López Obrador en 2012 y quien entregó el poder a la izquierda en 2018, un parteaguas en la historia contemporánea del país.
La visita del priista coincide además con los primeros días del gobierno de Claudia Sheinbaum, quien este fin de semana reunió a miles en el Zócalo para marcar el inicio formal de su administración y reiterar la continuidad del proyecto de la 4T. Mientras ella arranca con un mensaje de fuerza política y económica, Peña Nieto reaparece en silencio, sin eventos públicos ni declaraciones.
Aun así, su llegada no pasó desapercibida para la opinión pública. Aunque quiso mantener su visita en completo sigilo, las redes se encargaron de convertir el momento en meme, recordándole a México que, incluso retirado, Peña Nieto sigue siendo un personaje difícil de ignorar.















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