Por Juan Pablo Ojeda
Durante su intervención en el Sorteo del Mundial 2026, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ofreció un mensaje breve pero cargado de simbolismo histórico y orgullo nacional. Frente a representantes de todas las selecciones participantes, la mandataria destacó el papel de México como anfitrión por tercera ocasión en la historia de la Copa del Mundo, algo que ningún otro país ha logrado.
Sheinbaum subrayó que este logro no solo habla de la pasión futbolera del país, sino también de su identidad cultural y su tradición deportiva: “Estamos orgullosos y orgullosas de recibir la Copa Mundial por tercera vez, y millones visitarán nuestra nación. Tenemos una gran nación, y desde tiempos ancestrales hemos practicado el juego de pelota”, afirmó.
El mensaje fue bien recibido entre las delegaciones, especialmente por la referencia a las raíces prehispánicas del deporte en México, una narrativa que busca posicionar al país no solo como un gran anfitrión, sino como un territorio donde el futbol tiene un significado histórico más profundo.
Con este discurso, la presidenta reafirmó la postura de México como un actor clave en la organización del Mundial 2026, que compartirá con Estados Unidos y Canadá, y que promete ser uno de los eventos deportivos más grandes y diversos en la historia del futbol.















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