Por Bruno Cortés
En San Lázaro, el tema del día fue la extorsión. Pero no la política, sino la que viven miles de personas y negocios todos los días en México. El diputado Arturo Ávila Anaya, vocero del Grupo Parlamentario de Morena, pidió a la oposición no convertir la nueva Ley para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en Materia de Extorsión en un campo de batalla partidista. Según él, no se trata de ideología ni de votos, sino de crear un marco legal que permita realmente frenar un delito que ya se volvió parte del paisaje cotidiano.
La iniciativa busca armar una estrategia nacional contra la extorsión, con varios frentes de acción: fortalecer las instituciones estatales con unidades especializadas, crear sistemas de inteligencia financiera que detecten movimientos sospechosos, bloquear cuentas bancarias de los extorsionadores y, algo muy importante, establecer un mecanismo de reporte en tiempo real para que las autoridades puedan actuar más rápido.
Ávila Anaya fue claro: se trata de “ponerle dientes” a la ley. En concreto, endurecer las penas para quienes cometan este delito y también para los funcionarios que resulten coludidos. Morena plantea que las sanciones sean similares a las del secuestro, enviando un mensaje de que la extorsión no es un crimen menor ni algo que se pueda tratar con tibieza.
El diputado lamentó que, durante el debate en el Pleno, algunos grupos opositores intentaran usar el tema para lanzar dardos políticos, cuando —según él— lo que se necesita es un consenso para proteger a la gente. “No es un tema político, es un tema de seguridad y justicia”, insistió ante los medios.
En paralelo, Ávila aprovechó para hablar de otro asunto que divide a los legisladores: el regreso a las sesiones presenciales. Algunos diputados piden que se acabe con el esquema semipresencial heredado de la pandemia, pero el morenista defendió el modelo híbrido, recordando que el home office no solo cambió la vida laboral del país, sino que también ayudó a millones de personas a equilibrar su tiempo familiar. Eso sí, pidió responsabilidad: “Si hay sesión, hay que estar presentes, atentos y con la cámara encendida. La virtualidad no es sinónimo de ausencia”.
Además, explicó que la Junta de Coordinación Política está por instalar el Comité de Ética, mientras que Morena ya aplica sanciones internas para quienes falten a sus deberes legislativos. Según él, se trata de encontrar un punto medio entre la eficiencia digital y la obligación de rendir cuentas.
Por último, Ávila también se refirió al conflicto internacional que encendió las alarmas en el sector aéreo: la revocación de 13 rutas de aerolíneas mexicanas hacia Estados Unidos. Dijo confiar en que no se trate de una medida con tintes políticos, pues no hay razones comerciales ni violaciones al T-MEC que la justifiquen. Anunció que ya hay diálogo abierto entre el canciller Juan Ramón de la Fuente y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, para aclarar el motivo real de la decisión.
Con esto, el diputado morenista buscó dejar claro que la prioridad de su bancada es mantener el enfoque en lo que afecta directamente a los ciudadanos: seguridad, justicia y soberanía económica, dejando de lado la grilla que muchas veces enreda el trabajo legislativo.















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